Publiqué un llamado a la oración en mi pagina de Facebook en donde aclaré que el primer principio de la oración en conjunto es la UNIDAD EN LA PETICIÓN.
Muchos lo entendieron y nos unimos en el mismo pensar y sentir clamando a Dios que el ébola no cruce las fronteras de nuestras naciones y Dios tenga misericordia de las naciones africanas que lo padecen.
Pero hubo una minoría (cuyos comentarios los borré por no estar en el mismo espíritu de oración) que no se unieron a la petición, sino que decididamente manifestaron su incorfomidad en orar por ese tema ya que "estas son señales de los últimos tiempos", "esta escrito que suceda, es un justo castigo de Dios sobre el mundo", "es la voluntad del Padre que suceda".
¿Acaso no tienen hijos, hermanos, madres, amigos, y ellos mismos que podrían ser víctimas de esa terrible enfermedad? ¿Acaso los verán sufrir y morir sin compasión porque "se están cumpliendo las señales"?. Ese no es el Espíritu de Dios. Dios no nos llamó a condenar, sino a amar y a ayudar.
Afirmo y reafirmo mi postura:
1- Se que el mal en el mundo va en aumento y que nos toca vivir los últimos tiempos, pero también se que La Iglesia del Señor fue puesta en la Tierra para extender el Reino de Dios, y donde el Señor establecía el Reino mientras caminaba por la tierra la gente era sanada y liberada. En los Evangelios y la Iglesia primitiva ésta era la marca del Reino.
2- Creo con todo mi corazón que el día que el Señor decida que el mal se desate sin riendas sobre la Tierra El quitará antes a su Iglesia de aquí. Pero mientras pisemos tierra, nuestra obligación y privilegio es frenar el mal con las armas espirituales que el Señor nos entregó.
Así que agradezco a Dios por otorgarme
la gracia de unirme en oración y, (a pesar de la distancia), caminar en comunión
con muchos de mis hermanos de todo el mundo, y oro que llegue el tiempo en el
que el que todo el Cuerpo de Cristo caminemos juntos en un mismo pensar y
sentir para establecer el Reino de nuestro Padre Celestial. Entonces el mundo
verá la fuerza mas poderosa que se ha desatado sobre la faz de la Tierra: la
fuerza del Espíritu de Dios actuando a través de su pueblo. Bendiciones.
Yamili
Filártiga
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