jueves, 16 de agosto de 2012
Paraguay: ¿país bolivariano? ¡JAMÁS!
En mi Nación estamos viviendo tiempos difíciles. Nuestros vecinos quieren imponernos su ideología; lo que pasa es que sus gobiernos fueron conquistados por el dinero del petróleo venezolano y quieren hacer una “gran patria sudamericana”, “patria bolivariana” dicen. Pero los paraguayos, somos muy nacionalistas, nosotros no queremos ni podemos ser parte del montón, siempre nos caracterizamos por tener una identidad muy singular, tenemos nuestro idioma: el guaraní, que nadie más en el mundo (aparte de nosotros) entiende, tomamos tereré no solo para apagar la sed, sino como forma de comunicarnos y compartir amistad; hasta tenemos nuestras propias mañas que solo otro paraguayo entiende; no, no podemos ser parte de una ideología en donde “todos estamos igualados” y en donde el Estado decide cuánto dinero vamos a gastar o cuantos dólares podemos poseer, o adónde y cuando podemos o nó viajar. Y hemos dado “el mal ejemplo” de sacudirnos del yugo izquierdista y de los planes chavistas.
Ya desde el principio de nuestra independencia no necesitamos libertadores extranjeros que vengan a hacernos el favor de ser libres. No. Paraguay no. Porque fueron sus propios hijos, nacidos en esta tierra, nuestros padres, los que se levantaron y exigieron libertad e independencia. No nos calza el ser títeres de Chávez. No nos calza ser parte de “una gran patria bolivariana”. No nos calza ser un pueblo oprimido por su propio Gobierno o por gobiernos extranjeros. Queremos trabajar en paz, queremos mantener nuestra libertad y soberanía, por eso, la mayoría, estamos muy contentos con el curso de los acontecimientos que llevaron a la destitución de Lugo. Y lamento en el alma por aquellos que suspiran por un gobierno izquierdista; por un marxismo que bajo el pretexto de “la justicia social” siempre ha igualado al pueblo en la miseria, mientras sus “comandantes” se enriquecen; así ha sido en el pasado y así sigue siendo en esos países. Una pena para Latinoamérica.
Y con respecto a la Iglesia, al Cuerpo de Cristo, asumamos la responsabilidad de traer y establecer el Reino de Verdad, Justicia y Paz a nuestras comunidades, pero no con espíritu de rebeldía, ira y proclamando una revolución violenta, despotricando contra la gente trabajadora y productora de bienes y servicios en una sociedad; sino con humildad, trabajo, servicio y amor. Ya que si el izquierdismo ha prendido es porque nosotros, la gente que conoce a Dios, hemos fallado en nuestra misión de traer el Reino y representarlo dignamente y los aprovechados se han valido de la realidad de la pobreza latinoamericana para “traer la solución” y repartir las riquezas que otros han ganado para, supuestamente, dársela a aquellos más necesitados. Y han engañado a muchos. Porque lo que debemos hacer y no hacemos, lo dejamos al diablo para que lo tuerza y lo use a su favor, para robar, matar y destruir.
Así que, Iglesia del Señor, levantémonos, prediquemos la Palabra, y que cada uno en su puesto, como Ejército de Dios, provoquemos el cambio social basado en la cosmovisión y paradigmas que nos enseña la Biblia. Y estoy de acuerdo con el Pastor Emilio Abreu: “El cuerpo de Cristo está comprometido para erradicar la pobreza en Paraguay”. Sí, esa es nuestra responsabilidad. Ese es nuestro privilegio.
Yamili Filártiga
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