lunes, 15 de agosto de 2011

MI ENCUENTRO CON JEZABEL


El espíritu de Dios me había hablado de Jezabel, pero cuando Él me dijo: “El peor enemigo de los profetas es Jezabel”, no dimensioné el significado de esa palabra. Hasta que un día tuve un encuentro de muerte con Jezabel.
Empecé a trabajar en una institución educativa cristiana dependiente de una iglesia local,  en donde la directora era muy autoritaria, todos le temían: profesores y estudiantes (hasta los más pequeñitos) y me sentí tan impotente al ver el daño emocional que causaba sin que yo pudiera probar nada en su contra que juntamente con 2 compañeras empezamos a orar para que cambie o salga. Poco tiempo después, otra compañera que no sabía nada de las oraciones y de mi preocupación me dijo que me había soñado y me contó el sueño, me dijo: “estábamos en un lugar parecido a la iglesia y de repente se levanta una mujer (me describió muy parecida a la directora, con todos los detalles)  que grita apuntando el dedo y buscándome a mí: ¡¡¡¿dónde está Yamili? ¡Yamili tiene que morir!!!!, y mi compañera tuvo mucho miedo y salió corriendo de ese lugar. Ese fue el sueño, me lo contó, se lo agradecí, le dije que iba a orar sobre el tema, quedé solo un poco preocupada, aunque entendí perfectamente que era Jezabel que me amenazaba. No dimensioné.
Seguí orando por la situación en el colegio, pero unos días después empecé a sentirme muy cansada y sin fuerzas, el malestar fue en aumento, entonces fui al médico y encontraron un tumor en el útero. ¡Operación urgente!, pero a los 15 días, todo el útero, y ovarios estaban con tumores de vuelta, mi ginecóloga programó otra operación de urgencia en donde me harían una histerectomía, y con mi útero se iría mi sueño y el de mi marido de tener hijos, además debería entrar en sesiones de quimioterapia apenas me recuperara de la operación. Todo urgente. Desesperación total. Solo podía orar por un milagro, y oramos mi familia y yo. Y rogaba que mi fe no falte, ya que todo era tan oscuro y siniestro. Llegó el día anterior a la operación, fui a hacerme los últimos estudios de ecografía y luego tenía cita con el quimioterapeuta, que según mi doctora, era el mejor de Paraguay. Yo estaba embotada, mi marido me sostenía emocionalmente. Y fuimos a hacerme los estudios…y sucedió, el milagro sucedió: MI ÚTERO, MIS OVARIOS ESTABAN LIMPIOS, SIN TUMOR, SANOS COMO DE CUALQUIER MUJER NORMAL. El doctor estaba sorprendido, fui al quimioterapeuta, más sorprendido aún, me dijo “no necesitas quimioterapia”, y al despedirme me habló palabras proféticas: “Chau y que ojalá nunca más nos veamos” y así fue, nunca necesité quimioterapia, mantuve mi útero y con mucha alegría mi marido y yo nos ocupamos de traer al mundo a dos preciosas princesitas del Reino de Dios. 
Dios escuchó nuestras oraciones y no me entregó a la voluntad de Jezabel, estoy viva por el poder y la voluntad de Dios, pero si hubiese sido por Jezabel ya estaría 2 metros bajo tierra.
Ah! Les cuento: poco tiempo después la persona por la que oraba que cambie o salga, salió y tomó su puesto otra. Y yo aprendí una lección espiritual: 1) a mí me habían dado la responsabilidad espiritual de la institución, pero no me habían dado la autoridad espiritual; por lo tanto no era yo la persona indicada para pelear en ese lugar contra ese espíritu, esa era responsabilidad de los pastores responsables de la congregación y del colegio 2) y como ellos no lo hicieron, Jezabel siguió actuando en otras formas.
 En ese lugar, yo solo gané una batalla, pero no la guerra. Y como no entendían lo que sucedía en la dimensión espiritual, y yo estaba muy sola en esa lucha, al final me retiré de ahí. Y hace poco en otro lugar volví a reconocer el rostro de Jezabel en mis hermanos en posición de autoridad que no permitieron que yo siga predicando en un lugar, es una pena, hasta llegué a desanimarme y como Elías clamé al Señor: ¡¿dónde están los 7000 que no doblaron sus rodillas ante Baal!? Si uno de uds. que leen esto lo es, por favor, identifíquense, porque estoy cansada de Jezabel. Yamili Filártiga