POZOS ROTOS
El agua tiene varios significados en la Biblia, uno de ellos es el Espíritu Santo que satisface la sed espiritual y emocional de las personas.
El propósito primordial de Dios en el edén fue que el ser humano encuentre su satisfacción profunda y personal en su Creador, pero un efecto de la caída (desde Gen 3 cambian la naturaleza y la historia del hombre – y cuando me refiero a “hombre” hablo de ambos: varón y mujer, Gen 1:27). fue que aparta sus ojos de Dios y lo pone en su compañera; realmente no sabemos lo que pensó Adán cuando comió del fruto prohibido pero la Biblia es clara: Adán no fue engañado como Eva, él lo decidió concientemente:
“Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.”1 Tim 2:14
Y lo que posiblemente pasó fue que como él sabía que Eva había comido y no quiso quedarse solo…entonces comió también él. Le siguió a Eva, y ya no era Dios quien satisfacía su necesidad emocional, era ella.
Si Adán pudiera, cantaría la canción de Chayanne: “Dejaría todo”:
Porque he ido más allá del
limite de la desolación
Mi cuerpo, mi mente y mi
alma ya no tienen conexión
Y te juro que...
Lo dejaria todo porque
te quedaras
Mi credo, mi pasado, mi religión
Después de todo estás
rompiendo nuestros lazos
Y dejas en pedazos este
corazón
Mi piel también la dejaría, mi
nombre, mi fuerza
Hasta mí propia vida
Y qué más dá perder
Si te llevas del todo mi fe…
Los temas musicales de corte romántico alimentan esta conducta de dependencia emocional, por ello si uno ya está conciente de su necesidad no satisfecha, mejor no escucharlas, porque “las ideas” que presentan son de dependencia emocional, obsesión, tristeza, depresión, y hasta de suicidio.
Adán, mientras cantaba la canción de Chayanne acababa de dejar al pozo de AGUAS VIVAS e ir tras un POZO ROTO. Las relaciones de pareja ya no serían de la manera en la que Dios lo había planeado.
El propósito de Dios es que nuestro/a pareja sea un compañero/a, un canal del amor de Dios, o sea que el amor de Dios sea derramado de nosotros hacia el/ella y de él/ella hacia nosotros; y no que él/ella de su propio corazón nos alimente emocionalmente. Para lograr eso, debemos cada día parar al costado del camino y beber del Río del Espíritu que fluye cuando nos acercamos a la Palabra, esto dice proféticamente del Mesías el Sl 110:
“Del arroyo beberá en el camino, por lo cual levantará la cabeza.”
Cuando entendemos que solo Él puede satisfacer nuestras necesidades emocionales de amor, afecto, ternura, compañerismo, guía y seguridad, entonces podemos decir como David:
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”. Sl 42:1-2
Y así comemos de la Palabra y bebemos del Espíritu en nuestro tiempo de intimidad con Él, en “lo secreto” donde nadie nos acompaña, sólo Él y con Él es suficiente.
Si no hacemos esto, (como tenemos necesidades básicas emocionales que satisfacer) empezamos a buscarlo en las personas, y el peligro es la promiscuidad, la fornicación y el adulterio.
Si tenemos pareja, nos comportamos como queriendo arrancar su vida para alimentarnos nosotros, o beber de él/ella aferrándonos, viviendo para complacerles o para que nos complazcan, controlando cada minuto su vida para asegurarnos de que no hay nadie más, obsesionándonos con nuestra relación, siendo capaces de todo para seguir bebiendo de ese pozo roto que no puede retener el agua. Y la relación de pareja que Dios planeó sea de paz, seguridad y mucho amor, se convierte entonces en algo esclavizante, que nos oprime mientras oprimimos al otro…se convierte en una obsesión.
“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa?
¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios, cuando te conducía por el camino? Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Eufrates? Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos”. Jr 2:13-19
¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa?
¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios, cuando te conducía por el camino? Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Eufrates? Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos”. Jr 2:13-19
Era el mal de la mujer samaritana, que había pasado de un hombre a otro buscando satisfacer esa necesidad emocional, que está muy ligada al área sexual, el/la carente emocionalmente busca el sexo no por el sexo mismo, sino como medio para recibir afecto, cariño, o sea migajas de amor; pero como ese sistema de vida no brinda seguridad emocional, la persona va de una relación a otra buscando ese POZO DE AGUAS que satisfagan su sed, pero cada pareja que encuentra es un pozo roto, vacío en el cual no hay nada para beber.
Jesús sabía de esta necesidad de la samaritana, sabía que detrás de su promiscuidad no estaba una ninfómana, sino una mujer buscando el amor de Dios en lugares equivocados, en hombres que siempre la decepcionaban. Entonces Él le ofrece el AGUA que ella busca y Él le da la característica de esta AGUA: el que bebe de ella no volverá a tener sed:
“Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Jn 4:10-14
Dios llama a todos los que están concientes de su profunda necesidad de ser amado/a y no encuentran a alguien que satisfaga esa necesidad, el Señor les hace este llamado:
“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Jn 7:37
Y no solamente beberás tú, sino que de ti fluirá el Espíritu como río para que otros puedan beber también:
Y no solamente beberás tú, sino que de ti fluirá el Espíritu como río para que otros puedan beber también:
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” Jn 7:38
Yamili Filártiga